Cristòbal de Mendoza
Cristobal de Mendoza
Ilustración realizada por Francisco Maduro.
Primer presidente de Venezuela en 1811. Fueron sus padres Luis Bernardo Hurtado de Mendoza y Gertrudis Eulalia Montilla. Durante su infancia recibió una excelente educación en su ciudad natal. A los 16 años marcha a Caracas para estudiar en la Universidad, donde cursa el bachillerato en artes (filosofía) hasta 1791, y luego alcanza los grados de licenciado y maestro (1793). Posteriormente, viaja a la isla de Santo Domingo, donde en 1794 obtiene el título de doctor en derecho civil y canónico. De regreso en Venezuela, vuelve a su ciudad natal, donde trabaja en el bufete del abogado Antonio Nicolás Briceño. Luego pasa a Mérida, donde practica la abogacía con los letrados Juan Marimón y Henríquez e Hipólito Elías González en 1795; ese mismo año, por corto tiempo, ejerce la docencia como profesor de filosofía en el colegio seminario de San Buenaventura de Mérida. A fines de 1796, se halla en Barinas realizando otras prácticas de su profesión legal al lado de los abogados Faustino de la Plaza y Manuel Antonio Valcarce Pimentel. El 10 de julio de este año la Real Audiencia de Caracas le confiere el título de abogado, profesión que ejercerá en diversas poblaciones. El primer lugar donde se instala es Barinas, donde contrae matrimonio con Juana Briceño Méndez Mendoza.
A comienzos del siglo XIX, tras haber enviudado contrajo segundas nupcias con María Regina Montilla del Pumar, quien estaba emparentada con José Ignacio del Pumar, marqués de Boconó y de las Riberas del Masparro. En enero de 1807 Cristóbal Mendoza fue elegido alcalde de primer voto del Cabildo de Barinas, pero el coronel Húngaro y Dusmet se opuso al nombramiento, alegando el parentesco de Mendoza con los miembros del Cabildo; finalmente, en marzo de 1808, la Real Audiencia le dio la razón a Mendoza. Por este tiempo enviudó por segunda vez. Al estallar el movimiento del 19 de abril de 1810, fue uno de los primeros en sumarse a la causa de Caracas. El 5 de mayo de ese mismo año, se organiza una Junta de Gobierno en Barinas, de la cual Mendoza es vocal secretario. Posteriormente, para representar la provincia de Barinas en el Congreso Constituyente de 1811, son elegidos diputados, entre otros, Cristóbal y su hermano Luis Ignacio Mendoza. El 5 de marzo de 1811 el Congreso lo designa a la cabeza del Triunvirato Ejecutivo que ejercería el gobierno del país. Formaban el Triunvirato, además de Cristóbal Mendoza, Juan de Escalona y Baltasar Padrón, quienes se turnaban semanalmente en el ejercicio de la presidencia. Al instalarse el Poder Ejecutivo en la tarde del 6 de marzo de 1811, le correspondió a Mendoza, como primer nombrado, ejercer la presidencia, mientras que Manuel Moreno de Mendoza, lo sustituía interinamente. Asimismo, cuando el Congreso Constituyente declaró la Independencia el 5 de julio de 1811, Mendoza ejercía también la presidencia. Le correspondió igualmente, en su calidad de presidente del Triunvirato firmar el Acta de la Independencia que una comisión del Congreso presentó al Ejecutivo Plural el día 8.
El 14 de agosto de 1811 se casó por tercera vez con Gertrudis Buroz Tovar. A la caída de la Primera República, a mediados de 1812, Mendoza logra refugiarse en la Nueva Granada (Colombia). En 1813 se une al brigadier Simón Bolívar, quien se aprestaba a libertar a Venezuela, convirtiéndose en uno de sus principales colaboradores. Bolívar lo designa gobernador político de Mérida, ciudad que se incorporó en mayo de ese año a la causa republicana. Allí se encuentra Mendoza, cuando llega Bolívar, que hace su entrada triunfal el 23 de mayo. Con el cargo de gobernador político de la provincia de Caracas entra junto a Bolívar a la capital, el 6 de agosto de 1813. Durante el desarrollo de la guerra a muerte, Mendoza se desempeña en diversas funciones: administración política, impuestos, víveres, pertrechos y vestuarios para el ejército, hospitales, patrullaje cívico y vigilancia de espías. En el Cabildo Abierto celebrado en Caracas el 14 de octubre de 1813, es él quien propone formalmente que se le confiera a Simón Bolívar el título de Libertador, lo cual es aprobado por los miembros del municipio, los notables y el pueblo.
Al caer la ciudad de Caracas bajo el empuje de las fuerzas de José Tomás Boves, en julio de 1814, Mendoza y su familia logran salvarse y luego de recorrer varias islas de las Antillas, se refugian en Trinidad. En 1819 y 1820 envía al Correo del Orinoco, que se publica en Angostura, artículos firmados «Un Patriota», en los cuales desarrolla temas cívicos y de política internacional, combatiendo especialmente los proyectos de fundar monarquías en América. A fines de 1821 regresa a Caracas junto a su familia, siendo nombrado presidente de la Corte Superior de Justicia del departamento de Venezuela. Durante este tiempo comparte sus obligaciones jurídicas con el estudio de la historia, redactando un proyecto para escribir la de la Independencia y acopiando documentos para ello. En 1825 renuncia a su puesto en la Corte Superior y se dedica al ejercicio de su profesión, a la vez que promueve actividades de utilidad pública tales como la construcción de una carretera entre Caracas y La Guaira, en lugar del camino de recuas que existía para entonces; empresa que no obstante no llegó a concretarse. A pesar de no lanzar su candidatura, obtuvo la mayoría de votos para presidente de la República emitidos en el departamento de Venezuela en las elecciones de 1825. En 1826, Mendoza y Yánez inician la edición de la primera obra histórica de gran envergadura para el estudio de Bolívar y su época, titulada Colección de documentos relativos a la vida pública del Libertador de Colombia y del Perú, Simón Bolívar, la cual llegó a tener 22 tomos.
En abril de 1826, fue nombrado intendente del departamento de Venezuela por el vicepresidente Francisco de Paula Santander desde Bogotá, hecho que casi coincidió con el estallido en Valencia de La Cosiata. Apenas posesionado intentó sin éxito evitar que Caracas se uniera a la rebelión separatista iniciada en Valencia. Posteriormente en noviembre de 1826, se enfrentó a los enemigos de Bolívar y a los que proponían la disolución de la Gran Colombia. Poco después, el general José Antonio Páez le ordenó salir del país, lo cual hizo el 27 de noviembre de ese año, dirigiéndose a la isla de Saint Thomas, mientras que su familia permanecía en Caracas. Cuando el Libertador regresa a Venezuela a fines de 1826 y restablece la paz en enero de 1827, destaca públicamente la probidad de Mendoza, confía a su hijo Eugenio el mando de la primera guardia que tiene en Caracas y llama urgentemente al estadista desterrado, a quien confía de nuevo la intendencia. A comienzos de 1828, a pesar de estar enfermo, instado por Bolívar, piensa en separarse del cargo para asistir a la Convención de Ocaña, como representante de Mérida, pero Páez se opuso. De todos modos su grave enfermedad le impidió viajar. Finalmente, a mediados de 1828 renunció a su cargo de intendente retirándose a las afueras de Caracas.
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