Encanto del Maporal:
En las
montañas de El Maporal, dos cazadores, siendo ya muy de noche, cuentan que al
verse perdidos al fin encontraron un camino que los conducía a un caserón en la
montaña, en donde fueron recibidos con mucha decencia por un hombre alto que
jamás habían visto. Quien en tono grave se dirigió a ellos y les hizo
invitación para que entraran a la casa. A uno de los cazadores le preguntó qué
hacía cazando por estos predios; al igual que les expresó con tono de autoridad
que los animales que habían cazado eran propiedad de sus dominios y les indicó
que debían cazar hacia el otro lado, refiriéndose más o menos para los lados
que daban hacia peña blanca. En ese sitio, se podía apreciar todo un llano con
muchos animales y pasto dividido en parcelas. En voz baja y en tono de
reverencia les dijo ahí viene el jefe, en ese momento pasó un hombre más
extraño todavía con cinturón de cuero grueso y pistola de concha de nácar y de
sombrero de pelo de guama amarillo, quien pasó por un lado ignorándolos
completamente. Uno de los cazadores le dijo al otro la pezuña compadre ¡yo aquí
no me quedo ni de vaina, apresúrese porque nos vamos. El encanto, como leyéndoles
la mente, les dijo se pueden ir, pero más adelante pueden hallar más sorpresas.
Y en efecto se encontraron con dos lagunas que nunca habían visto, baquianos
como eran del páramo, no tenían noticia de su existencia. Siguieron caminando
con la noche sin luna y con mucha dificultad encontraron el camino de regreso a
cas
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